domingo, 30 de mayo de 2010

Cien años del nacimiento de Luciano Huambachano

Dario Meja Melbourne, Australia

Hay muchos nombres en la historia de la canción criolla que a veces han pasado desapercibido por muchos, no recordándolos, a pesar de que gracias a ellos se fue forjando la canción que el día de hoy amamos y cultivamos con mucha pasión. Uno de esos grandes criollos que dedicó su vida al engrandecimiento de la canción popular fue Luciano Huambachano, rimense hasta la muerte, quien con sus composiciones, voz y guitarra alegró muchísimas jaranas en la tres veces coronada ciudad.
Walter Huambachano, hijo del compositor Luciano Huambachano, me confirmó hace unos años de que fue su padre quien tuvo la idea de organizarle una verbena criolla a la Virgen del Carmen, la cual se realiza en la víspera de su día central en que sale en procesión. Cumpliendo con una promesa que le hizo a la Virgen del Carmen, Luciano Huambachano organizó la primera verbena criolla para la virgen y las posteriores, hasta que falleció.
Augusto Ascuez contó que cuando formaba trío con su hermano Elías y Luciano Huambachano, quien era el organizador de la fiesta de la Virgen del Carmen, cantaron en dichas celebraciones.
Luciano Huambachano con César Pizarro integraron el "Dúo Huambachano-Pizarro", quienes por muchos años no sólo alegraron las jaranas criollas sino que ganaron muchos concursos de canto. Luciano Huambachano compuso muchas canciones que fueron éxito en su momento y algunas de ellas hasta ahora se interpretan. Le pertenece "Chinita", "La Perricholi", "Malambo" y muchas obras más, destacando entre ellas el vals "Barrio bajopontino" que le dedicó al Rímac, su barrio querido... "Barrio bajopontino / de locas mocedades, / de El Peral, El Molino, / de lejanas edades. / Viejo barrio de vergel, / de poetas y cantores, / de pintores al pastel / y de guapos bebedores"... http://www.youtube.com/watch?v=WNaKxy4L1FY
Hay muchas anécdotas sobre Luciano Huambachano, como aquella en que le pide a D'Acosta que le entone los dos pies que había aprendido del nuevo vals que Felipe Pinglo estaba escribiendo y le encarga, a D'Acosta, que le diga a Pinglo que por favor le haga el tercer pie. Pinglo, delante de D'Acosta, compuso el tercer pie de su nuevo vals y éste se lo entregó a Huambachano quien, maravillado, había sido testigo del nacimiento de un nuevo y hermoso vals de Felipe Pinglo, "El Huerto de mi Amada".
Hace algún tiempo compartí una anécdota de Luciano Huambachano en el Morro de Arica, escrita por su hijo Walter, quien tuvo la gentileza de enviármela, que tiene que ver con el fox-trot "Las Cautivas" de Manuel Covarrubias (letra) y Carlos Saco (música). Dicha canción era entonada con mucho fervor y sentimiento por los criollos de antaño y fue creada a inicios de los años 20; la cual, a través de versos y melodías, cantaba y reclamaba la libertad del territorio ocupado: Arica, Tacna y Tarapacá.
Según contaba Walter Huambachano sobre su padre, por la década de los 50, la Universidad Nacional de San Marcos mandó a Luciano Huambachano, José Durand Flores, Antonio Pinilla Sánchez Concha y otros más, a dar conferencias sobre folclore por el sur del Perú. Estando en Tacna, deciden visitar Arica, especialmente el Morro donde se inmolaron muchos patriotas peruanos.
Nuestros conferencistas, de niños y jóvenes, habían sentido y presenciado esos años de cautiverio que sufrió parte del territorio peruano, como resultado de la Guerra con Chile, y sentían también dentro de su alma y corazón lo que aquel Morro había significado para Bolognesi, Ugarte y muchos patriotas que no dudaron en dar su vida por defenderlo. Es por ello que, estando en el Morro, Luciano Huambachano, sintiendo todo aquello, saca su guitarra de la funda, la pulsa y empieza a entonar "Las Cautivas" de Covarrubias y Saco.
Los que acompañaban a Huambachano en el Morro se sorprendieron por aquel arranque de nuestro compositor y, asustados, le pidieron que no siga cantando porque iban a tener problemas con las autoridades. Unos carabineros se acercaron y uno de ellos, empuñando su fusil, intentó hacer que Huambachano se calle, pero el Jefe de los carabineros lo detuvo diciéndole que lo deje, que deje cantar al cholo, que es un patriota que está exponiendo su vida por su patria como lo harían ellos también.
Luciano Huambachano, con el corazón hinchado de peruanidad, el alma entregada en su interpretación y lágrimas que brotaban de emoción por estar interpretando esa bella composición en el Morro, donde muchos patriotas derramaron su sangre por la patria, dio una demostración de amor por el Perú y todo lo que lo representa o representó.
El gran compositor, cantor y guitarrista, Luciano Huambachano, nació el 29 de mayo de 1910 en la ciudad de Lima y falleció el 5 de julio de 1983. Fue un gran difusor, ejecutante e intérprete de la jarana y el Amor Fino. Augusto Ascuez se refirió a él como su gran amigo y antiguo vecino del solar de Las Leonas, con quien había pasado infinidad de jaranas. Ambos, junto a otras glorias del criollismo que ya nos dejaron, siguen jaraneándose en el cielo, especialmente en este día en que se cumplen 100 años del nacimiento de Luciano Huambachano.



lunes, 24 de mayo de 2010

El cajón en la música andina

El cajón en la música andina
Dario Mejía
Me encontraba revisando los discos de carbón que tengo en mi poder y uno de ellos llamó mi atención por dos motivos, el primero era porque acababa de mencionarle a un grupo de amistades en el facebook, en un tema sobre Augusto Ascuez, de que entre 1982 y 1983 se publicaron alrededor de 40 artículos firmados por Augusto Ascuez, en el suplemento VSD de La República. Una cantidad de ellos fueron recopilados por mí y otros los obtuve gracias a la gentileza de Guillermo Durand, sobrino del desaparecido historiador e investigador del criollismo Dr. José Durand.
Lo curioso de los artículos aquellos, que pienso no reparó ni tuvo cuidado La República, por consistencia, es que en varios de ellos el Maestro Augusto firma como Azcuez. En otros tantos firma como Ascuez y hasta aparece como Ascues (en "La jarana: Asunto de caballeros", por ejemplo). Ello, sumado a que los que nos han relatado sobre la historia del criollismo han escrito de diversas maneras el apellido del Maestro Augusto, ha creado confusión a través de los años. Sin embargo, debo hacer notar que en las grabaciones que hizo a fines de los años 20, con su hermano Elías y Alejandro Sáez, su apellido figura escrito como Ascuez.
Por otro lado, a fines del 2008 me contactó un bisnieto de Augusto Ascuez y escribió su apellido, y el de su legendario bisabuelo, como "Ascues". Una nieta del Maestro Augusto acaba de mencionar que es "Ascues", pero que consultará con su madre el por qué de tanta confusión a la hora de escribir el apellido.
Me viene a la memoria un caso similar, como lo es el de Alejandro Sáez, que grabó con Miguel Almenerio y los hermanos Ascuez por los años 20. Algunos han escrito el apellido como Sáenz, tal vez guiándose por el apellido de su hijo Julio César, que en su libreta electoral figuraba como Sáenz. Pero Moisés, hijo de Julio César y nieto de Alejandro Sáez, me contó la historia de como nació la confusión con el apellido.
Resulta que en la partida de nacimiento de Julio César, su apellido y el de su padre Alejandro están correctamente escritos. Cuando Julio César fue a tramitar su libreta electoral, el encargado del registro electoral escribió el apellido como Sáenz y Julio César no se dio cuenta de ello hasta que nacieron sus hijos, a los cuales los tuvo que registrar como Sáenz, ya que así figuraba en su libreta electoral.
Cuando yo nací mis padres me quisieron registrar como Mario, pero el encargado de los registros escribió Darío y así me quedé. Tal vez lo mismo haya pasado con el apellido Ascuez (como figura en las grabaciones de fines de los años 20), que en algún momento el apellido fue tergiversado y quedó como Ascues. La familia de nuestra gran leyenda del criollismo es la que tal vez pueda aclarar el misterio aquel, en documentos antiguos que puedan existir.
Lo segundo que me llamó la atención, y motivo principal de este tema, es que el disco de carbón aquel, que una copia doné a una institución educativa en el 2009 y guardo otra copia conmigo, tenía en un lado un tema grabado por Salerno y Gamarra y en el otro lado está grabado "China, Chola" por Sáez (Alejandro) y los Hermanos Ascuez. Lo curioso es que clasifican a la canción aquella como "Lomera". Pero, lo que más llamó mi atención es que en la grabación hay acompañamiento de cajón.... siendo una música andina.
El disco aquel fue puesto a la venta por el sello Victor en el año de 1928, por lo que debe haberse grabado un año antes o a inicios de 1928 (figura a la venta en un aviso de El Comercio de fines de 1928, donde también clasifican a "China, Chola" como Lomera).
Como no había escuchado antes sobre el ritmo o género "Lomera", le pedí ayuda a la reconocida investigadora y musicóloga Chalena Vásquez, quien se asombró de la grabación aquella, por el año en que fue hecha y por tener acompañamiento de cajón, señalándome que la canción aquella tiene rasgos de wayno como de carnaval. "La percusión en cajón, se deriva probablemente de la forma de tocar sobre la caja del arpa. En los Andes la percusión se hacía y aún se hace sobre la tapa del arpa... de allí que el traslado de los toques al cajón no es una 'transgresión' (digamos así) de la tradición andina sino una continuidad. Por el año de grabación, sí consistiría en un ejemplo 'precursor' del cajón en la música andina", fue lo que me manifestó Chalena, a quien agradezco por su comentario e información.
Ahora, "China, Chola" pueda ser que sea o no la primera grabación de música andina donde se haya utilizado el cajón. Quizás alguien, más adelante, encuentre una grabación más antigua, pero lo que sí aclara la grabación aquella es que no fue Reynaldo "Canano" Barrenechea el primer cajonero en grabar con cajón en la música andina, como se cree actualmente. Barrenechea nos dejó en el 2002 y 74 años antes se hizo aquella grabación de "China, Chola".
¿Quién fue el cajonero en dicha grabación? Tengo la sospecha que fue Jorge Acevedo, quien a fines de los años 20 acompañó con el cajón a Salerno y Gamarra en sus grabaciones. En el artículo "Marineras, resbalosas, panalivios, sañas, festejos y jaranas" del semanario de los sábados "Cascabel" del 1 de febrero de 1936, Elías Ascuez contó que partió en gira hacia Chile en el año de 1929, acompañándolo Alejandro Sáez, Gregorio Villalobos, Jorge Acevedo y Teresita Arce. Augusto Ascuez desistió de viajar a último momento. Estuvieron un año y medio en Chile y allí murió Acevedo. Lo que hace suponer que Acevedo, en los años 20, solía acompañar a diferentes grupos en sus grabaciones.